Y llegó ese momento.
Llegas a un punto en el que no tienes a quien decirle como estás, que sientes, que te pasa, que ocurre en tu cabeza.
Ese momento es muy difícil, no sabes que hacer, no sabes nada.
Sientes que ya no sabes quien eres. No te reconoces a ti mismo.
Algunos lo confunden con la adolescencia. Algunos con la depresión. Algunos con llamar la atención. Algunos como quejas. Algunos como cosas de jóvenes.
Es más que eso. Mucho más.
Recuerdas todo lo que has pasado. Poco a poco. Vas recordando cada instante de tu vida donde poco a poco se llenaba ese vaso que al final ha caído.
Recuerdas también el porqué.
Recuerdas todo lo que pasó.
Recuerdas que realmente no es tu culpa, pero igualmente has llegado a que te de igual quien la tenga.
El momento en el cual no sabes que hacer.
No tienes a nadie en quien confiar.
No tienes a nadie con quien hablar.
Quieres seguir adelante pero no puedes.
Y aunque el vaso esté caído, sigue llenandose, pero las gotas caen encima de la mesa, de los cristales rotos.
Esos cristales eran tus pasiones. Esas cosas que tanto te gustaban. Esas enormes sensaciones que tanto te llenaban por dentro.
Ahora no hay ningún vaso.
No hay nada.
Estás rodeado de gente que valoras como tus amigos o tu familia, pero realmente no son nada de eso.
No sabes que pasará en un futuro.
Te da miedo.
Te asusta.
Te agobia.
Te estresa.
Te come por dentro.
Ya no sientes nada como antes. Ya no sabes cuando estás bien. Porqué cada puto minuto que te pongas a pensar, recordarás siempre lo mismo.
Te pones tus metas; te aburren y las dejas.
Te pones a estudiar; piensas que no sirves ni para eso que tanto te gusta y lo dejas.
Abrazas a alguien; sientes que ya ni ese cariño físico te ayuda.
Te pones furioso.
Nervioso.
Cabreado.
Agresivo.
Todo contigo mismo. No sabes que pasará y te mata por dentro estar así y eso te produce mas rabia.
Explotas.
Vas a dormir, y al dia siguiente terminas igual.
No sabes que coño hacer ni pensar.
No sabes quien eres.
Por motivos de seguridad, tengo que aclarar que esto no es ningún tipo de carta de despedida, ni de ayuda, ni voy a hacerme daño o suicidarme.
Llegas a un punto en el que no tienes a quien decirle como estás, que sientes, que te pasa, que ocurre en tu cabeza.
Ese momento es muy difícil, no sabes que hacer, no sabes nada.
Sientes que ya no sabes quien eres. No te reconoces a ti mismo.
Algunos lo confunden con la adolescencia. Algunos con la depresión. Algunos con llamar la atención. Algunos como quejas. Algunos como cosas de jóvenes.
Es más que eso. Mucho más.
Recuerdas todo lo que has pasado. Poco a poco. Vas recordando cada instante de tu vida donde poco a poco se llenaba ese vaso que al final ha caído.
Recuerdas también el porqué.
Recuerdas todo lo que pasó.
Recuerdas que realmente no es tu culpa, pero igualmente has llegado a que te de igual quien la tenga.
El momento en el cual no sabes que hacer.
No tienes a nadie en quien confiar.
No tienes a nadie con quien hablar.
Quieres seguir adelante pero no puedes.
Y aunque el vaso esté caído, sigue llenandose, pero las gotas caen encima de la mesa, de los cristales rotos.
Esos cristales eran tus pasiones. Esas cosas que tanto te gustaban. Esas enormes sensaciones que tanto te llenaban por dentro.
Ahora no hay ningún vaso.
No hay nada.
Estás rodeado de gente que valoras como tus amigos o tu familia, pero realmente no son nada de eso.
No sabes que pasará en un futuro.
Te da miedo.
Te asusta.
Te agobia.
Te estresa.
Te come por dentro.
Ya no sientes nada como antes. Ya no sabes cuando estás bien. Porqué cada puto minuto que te pongas a pensar, recordarás siempre lo mismo.
Te pones tus metas; te aburren y las dejas.
Te pones a estudiar; piensas que no sirves ni para eso que tanto te gusta y lo dejas.
Abrazas a alguien; sientes que ya ni ese cariño físico te ayuda.
Te pones furioso.
Nervioso.
Cabreado.
Agresivo.
Todo contigo mismo. No sabes que pasará y te mata por dentro estar así y eso te produce mas rabia.
Explotas.
Vas a dormir, y al dia siguiente terminas igual.
No sabes que coño hacer ni pensar.
No sabes quien eres.
Por motivos de seguridad, tengo que aclarar que esto no es ningún tipo de carta de despedida, ni de ayuda, ni voy a hacerme daño o suicidarme.