ABC Austria, Finlandia y Suecia rechazan el plan franco-alemán


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Los ministros de Economía europeos mantuvieron ayer una reunión virtual en la que les fue presentada por primera vez la propuesta franco-alemana para incluir en los presupuestos plurianuales de la Comisión un fondo de medio billón de euros de inversiones dirigidas a revitalizar cuanto antes la economía europea. La cuestión no fue el centro de esta reunión del Ecofin, pero sí resultó ser la ocasión para el comienzo de la difícil negociación que queda por delante. La propuesta de Francia y Alemania en realidad no es más que una idea en el aire, tanto como la que ha dicho que presentará como alternativa el canciller austriaco Sebastian Kurtz, porque la definitiva es la que deberá presentar la Comisión Europea el próximo día 27. Que dos países como Alemania y Francia hayan manifestado que están de acuerdo con una determinada fórmula es una pista muy clara para la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, puesto que su proposición deberá ser aceptada después por todos los gobiernos. A los que pudieron asistir (virtualmente) a esta reunión de ministros de Economía les llamó la atención el hecho de que el representante holandés no fuera muy beligerante, mientras que los de Austria, Suecia y Finlandia mostrasen la acostumbrada reacción alérgica ante la idea de que el grueso del plan franco-alemán se base en inversiones y subvenciones y no en créditos reembolsables, como quisiera Austria. La parte que todos los ministros esperan ver y que es dónde la Comisión tiene ahora el mayor margen de maniobra, será en garantizar que ese dinero estará utilizado por el ejecutivo comunitario y seguirá las líneas de su programa de trabajo -que también se va a cambiar- y que estará decididamente dedicado a la transición a la economía «verde» y a la digitalización. Lo más importante, según fuentes diplomáticas, será el elemento logístico, en concreto saber si la próxima cumbre europea del mes de junio se puede celebrar ya de forma presencial, porque ningún presidente va a aceptar negociar esto si no hay posibilidad de mantener contactos en todas direcciones fuera de la mesa de reuniones. Mientras tanto, los ministros avanzaron ayer muy poco en el diseño definitivo del esquema europeo de avales para empresas que deberá poder movilizar hasta 200.000 millones de euros a través de avales del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Esta es una de las tres grandes medidas de respuesta de la UE a la crisis provocada por los efectos de la epidemia junto al programa SURE de la Comisión (100.000 millones) para financiar los planes de desempleo temporal y el mecanismo para que los Gobiernos puedan obtener financiación barata del fondo de rescate (MEDE) para pagar los gastos sanitarios directos o indirectos y que ya han sido aprobados. El principal punto que queda por resolver es el destino de los créditos que no lleguen a ser devueltos porque la mayor parte van a beneficiar a pequeñas empresas, cuyo futuro puede ser incierto incluso con estas ayudas del BEI. Como dijo el ministro de Finanzas croata, Zdravko Maric, que ejerce este semestre la presidencia rotatoria, «nos quedan unos pocos puntos, pero tras el debate creo firmemente que estamos muy cerca de finalizar todo lo necesario para poner en marcha este esquema paneuropeo de garantías».

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