La larga lista de deberes y recomendaciones que ayer hizo la Comisión Europea fue rápidamente respondida por el Gobierno, que a través del Ministerio de Economía que comanda la vicepresidenta Nadia Calviño emitió una nota en la que aseguraba que el Ejecutivo acometerá los ajustes necesarios cuando llegue la recuperación. «Recuperaremos la senda de reducción de déficit y deuda cuando volvamos al crecimiento económico, comprometidos con nuestros objetivos presupuestarios», recoge la nota. El Ejecutivo prevé que la recuperación se inicie en el tercer trimestre, aunque en 2020 se destruirá un 9,2% del PIB, mientras que 2021 será el primer ejercicio de crecimiento, con un rebote del 6,8%. En estas mismas previsiones, el Gobierno augura que este año pasará del 2,8% del PIB al 10,3% y la deuda pública engordará hasta el 115,5%, frente al 95,5% en el que cerró el año pasado. Sin embargo, el compromiso del Gobierno ante Bruselas llega después de que el año pasado asegurara hasta el final que el déficit iba a acabar en el 2% del PIB y desviarse en unos 10.000 millones de euros hasta el 2,8% del PIB. La Autoridad Fiscal constató que el gasto público en año electoral como fue 2019 creció en 20.300 millones, siete veces más de lo permitido por Bruselas (unos 2.800). La propia Calviño, ayer en el Congreso de los Diputados, señaló que la «enorme deuda» que provocará el «esfuerzo extraordinario» para afrontar la crisis del coronavirus «puede ser un lastre para generaciones futuras».
