Tarde, pero finalmente el PSOE tuvo que rectificar y guardarse en el cajón un acuerdo para derogar de forma «íntegra» la reforma laboral. El daño ya estaba hecho y el torrente de reacciones políticas y, sobre todo, empresariales se multiplicaban. El propio Pedro Sánchez, con el respaldo de aliento de su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ordenaron descafeinar un acuerdo que, de producirse, de forma inmediata se traduciría en despidos masivos. En un contexto de de destrucción de empleo, introducir rigideces en el mercado de trabajo es sinónimo de aligerar plantillas. Y es lo que le llegó al presidente, que frenó la masacre...al menos de momento, porque su vicepresidente, Pablo Iglesias sigue defendiendo que la reforma se derogará. El pacto con los... Ver Más