Tras casi una semana que desde que el pacto entre el PSOE y Bildu para derogar «de manera íntegra» la reforma laboral que provocó un auténtico terremoto tanto político como económico, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha eludido hoy referirse de forma clara a este compromiso y se ha centrado en que «va a recuperar los derechos laborales arrebatados y a reconstruir los consensos sociales rotos» con esta norma. Preguntado al respecto por el líder de los populares, Pablo Casado, se ha alineado con las explicaciones que aportaron la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra portavoz, María Jesús Montero, alejándose de la posición defendida por el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que aseguró que el pacto con Bildu supondría la derogación total de la reforma. Durante la sesión de control, el presidente del Gobierno ha insistido en que este proceso se llevará acabo en el seno del diálogo social, muy tocado desde el anuncio del pacto, y ha asegurado que esta tendencia ya comenzó en febrero eliminado mediante un decreto Ley la posibilidad de despedir por acumular bajas de enfermedad, tras una sentencia del Tribunal Constitucional. También ha apuntado que el Gobierno a los acuerdos alcanzados con patronal y sindicatos para elevar el SMI este año a 950 euros y para extender los ERTE hasta el 30 de junio. Por su parte, Casado ha reprochado a Sánchez que, a cambio del apoyo de Bildu a la ampliación del estado de alarma, «va a derogar la reforma laboral que creó 3 millones de empleos para sacarnos del drama social en el que nos dejaron su partido, Zapatero y usted».
