Completamente cubierto de prendas de ropa con la etiqueta puesta y montado en una bicicleta de montaña Domyos Rockrider 100, un joven ha exigido la liberación inmediata de “el Pablo Hasan ese”. “Es una vergüenza que en España haya titiriteros encarcelados por haber publicado libros en contra de Mariano Rajoy o de alguien así”, ha declarado ante la prensa.
“Nuestras autoridades son completamente racistas, si no el encarcelamiento de Hasan o Hasim o como se llame, no se explica”, declara otro manifestante mientras rompe el cristal de una tienda Nike porque, según dice, “no se puede descartar que el rapero esté encarcelado dentro”. “Tenemos que ser meticulosos y vamos a descubrir exactamente en qué comercio de productos de lujo del Paseo de Gracia tienen encerrado al Hasan este”, dice otro manifestante intentando calzarse varias zapatillas a la vez y con 20 camisetas puestas una encima de otra.
Algunas personas lamentan que los disturbios eclipsen el auténtico motivo de las movilizaciones (la excarcelación de Pablo Hasél y la supresión del delito de injurias a la Corona), pero los manifestantes más violentos se defienden insistiendo en que “los disturbios los provoca la policía poniéndonos delante tiendas de ropa cara”.
“Debería haber esperado a llegar a casa para ponerme las aletas que he robado”, ha dicho otro manifestante al que los antidisturbios apalizaron porque pudieron darle alcance sin problemas.
A última hora, algunos testigos han informado de que en el Decathlon saqueado hace dos noches aún hay agentes de los mossos montados en cintas de correr persiguiendo a manifestantes montados en otras cintas de correr.
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