ABC Bonet: «Detrás del desastre económico hay decisiones completamente insensatas»


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Fue el primer empresario catalán que alzó la voz contra el independentismo. Y con la misma entereza de entonces advierte ahora de los enormes riesgos que acechan a la economía española. José Luis Bonet (Barcelona, 4 de diciembre de 1941), presidente de la Cámara de Comercio de España y copresidente de Freixenet, pide unidad y desliza una advertencia: si Gobierno y empresarios no caminan juntos, «España puede tener problemas sociales graves». -¿Qué le parece el pacto entre el Gobierno y Bildu? -Lo rechazo totalmente. Pretender llevar a cabo una modificación de ese alcance en el momento más convulso de nuestra historia reciente, en medio de una profunda crisis económica y con millones de puestos de trabajo en el aire es una absoluta irresponsabilidad. Además, lamento profundamente la confusión creada ante una cuestión que afecta directamente a las empresas, que necesitan más que nunca certidumbre y estabilidad para reemprender su actividad y le pido al Gobierno que ponga orden y aclare sin dejar lugar a dudas cuál es la situación en torno a la normativa laboral. -¿Cómo está la economía española? -Muy grave. La parte optimista es que parece que se está controlando la pandemia, y esto es el prerrequisito imprescindible para solucionar el problema económico, que es verdaderamente desastroso. En este proceso hay que pasar por tres fases superpuestas: supervivencia, recuperación y reconstrucción. Todavía no hemos abandonado la supervivencia pero hemos entrado en la recuperación. Sin embargo, estamos aún lejos de la reconstrucción, que incluye cambios a diez años vista. Y aquí hago una nota a pie de página: la manera en la que se está enfocando la comisión del Congreso no me gusta. La reconstrucción es a la largo plazo y debe incluir reformas estructurales. -¿Cómo valora la respuesta del Gobierno? -Han sobrado titubeos y ha faltado sentido común. El caso de la cuarentena turística es un ejemplo claro. ¡¿Pero qué hacen?! El Gobierno debe proporcionar medios de protección individual y un protocolo que garantice la seguridad y luego controlar que se cumple. No esto. Otro caso flagrante ha sido el de las rebajas. ¿Por qué se meten en eso? Todos estos vaivenes generan un malestar y un desánimo que no es nada conveniente. Detrás de este desastre, y en algunos sectores especialmente como el turismo o el comercio minorista, hay decisiones completamente insensatas. -¿Cree que en el Gobierno hay animadversión hacia los empresarios? -Sí, lo que hay detrás de todo esto es una falta de confianza en el empresario. Y esto es un error garrafal porque la solución de todo esto pasa ineludiblemente por la empresa. Se ha hablado por activa y por pasiva de que esto es una guerra, donde el enemigo es el Covid 19 y a quien queremos salvar es a la población. Pues bien, el ejército son las empresas. Si quieres hacer un escudo social, el principal apoyo debe ser para las empresas. Y en este sentido la política del Gobierno es muy deficiente. Valorar más el emprendimiento es capital y en España hace mucha falta. Tenemos que hacer un esfuerzo para que en nuestro país haya más empresarios. Y esto está relacionado con la imagen que se tiene de ellos. Junto a los sanitarios, los empresarios son los grandes héroes de esta crisis. Las empresas son un servicio esencial, ¡a ver si se enteran! -¿Se conseguirá que los acogidos a ERTE no terminen en el paro? -Los ERTE son una buena medida. Esto poca gente lo duda. Otro asunto es cómo se han gestionado, la lentitud y todas estas cosas que no deberían haber sido pero que, desgraciadamente, son. En este sentido, el acuerdo que se adoptó en el marco del diálogo social es bueno y malo al mismo tiempo. Sin duda es mejor de lo que estaba previsto inicialmente, porque la propuesta inicial del Gobierno incluía cosas verdaderamente espeluznantes. La negociación de la CEOE permitió que se suavizara, se hizo un esfuerzo por abrir horizontes y continuar mejorando una flexibilidad absolutamente necesaria. -¿Qué le parece la posibilidad de un impuesto a las grandes fortunas? -Una barbaridad. Ahora no hay que tocar nada. La reforma fiscal, necesaria sin duda, habrá que pensarla detenidamente más adelante. Hasta entonces, el Gobierno debe procurar estar ahí y no molestar. «Es intolerable un ministro que practique la turismofobia» «Ha habido un ministro en concreto que ha dicho unas cosas incomprensibles del turismo. ¿Pero es que no se ha enterado de que España vive del turismo? Porque no solo es lo que aporta al PIB. Es que el turismo irradia dinamismo económico a todo el país. Y afecta a temas intangibles importantísimos, como la propia imagen de España. ¿Se imagina lo que supone que vengan 83 millones de turistas internacionales cada año y vuelvan a sus países con una buena imagen de España? Esto nos coloca en primera división. No se puede tolerar que haya un ministro que practique la turismofobia. Deberían tener mucho más cuidado. En cuanto a la temporada de verano, soy optimista. Si no entorpece, se escucha al sector y no se hacen cosas extrañas se puede aprovechar una parte».

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