Carnelio era un hombre solitario que vivía en una casa aislada en el bosque. Le gustaba leer novelas de terror psicológico, especialmente las que trataban sobre asesinos en serie, posesiones demoníacas y rituales satánicos. Se sentía fascinado por el mal y la oscuridad, y a veces imaginaba que él mismo era un personaje de esas historias.
La noche de Halloween, Carnelio decidió hacer algo diferente. Se puso una máscara de calavera, cogió un cuchillo de cocina y salió de su casa. Caminó por el bosque hasta llegar a un pueblo cercano, donde había muchas casas decoradas con calabazas, telarañas y esqueletos. Carnelio se mezcló entre los niños que iban disfrazados de puerta en puerta pidiendo dulces. Pero él no quería dulces, quería sangre.
Entró en una casa donde había una pareja de ancianos viendo la televisión. Los sorprendió por la espalda y les clavó el cuchillo en el cuello. Luego fue a otra casa donde había una familia con dos hijos pequeños. Los mató a todos sin piedad. Siguió así hasta que entró en una casa donde había una fiesta de disfraces. Allí se encontró con un grupo de jóvenes que se burlaron de él y le quitaron la máscara.
Carnelio se quedó paralizado al ver su propio rostro reflejado en un espejo. Era idéntico al de un famoso asesino en serie que había escapado de un manicomio hace unos días. Se dio cuenta de que él no era Carnelio, sino el asesino, y que todo lo que había leído eran recuerdos de sus crímenes. Entonces sintió un escalofrío al oír una voz en su cabeza que le decía: "Feliz Halloween, Carnelio. Te he estado esperando".
@Carnelio
La noche de Halloween, Carnelio decidió hacer algo diferente. Se puso una máscara de calavera, cogió un cuchillo de cocina y salió de su casa. Caminó por el bosque hasta llegar a un pueblo cercano, donde había muchas casas decoradas con calabazas, telarañas y esqueletos. Carnelio se mezcló entre los niños que iban disfrazados de puerta en puerta pidiendo dulces. Pero él no quería dulces, quería sangre.
Entró en una casa donde había una pareja de ancianos viendo la televisión. Los sorprendió por la espalda y les clavó el cuchillo en el cuello. Luego fue a otra casa donde había una familia con dos hijos pequeños. Los mató a todos sin piedad. Siguió así hasta que entró en una casa donde había una fiesta de disfraces. Allí se encontró con un grupo de jóvenes que se burlaron de él y le quitaron la máscara.
Carnelio se quedó paralizado al ver su propio rostro reflejado en un espejo. Era idéntico al de un famoso asesino en serie que había escapado de un manicomio hace unos días. Se dio cuenta de que él no era Carnelio, sino el asesino, y que todo lo que había leído eran recuerdos de sus crímenes. Entonces sintió un escalofrío al oír una voz en su cabeza que le decía: "Feliz Halloween, Carnelio. Te he estado esperando".
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