Saludos, amigo. Al principio escribí un mensaje de mofa estando ebrio, pensando que serías un loco más en este foro de psicópatas, neofascistas y depravados mentales, pero según seguí leyendo el hilo, veo que todo tiene sentido, y quisiera ayudarte, ya que me parece algo interesante y que en caso de ser totalmente verídico (teniendo en cuenta que dices tener antecedentes policiales, y que has tenido contacto o tienes con cosas parecidas a un culto, sin contar lo que mencionas de conocimientos peligrosos), es digno de enseñar al mundo y por supuesto, indagar en el asunto para ver qué pasa, por qué y quién es el responsable. Como comprenderás, necesito alguna prueba y/o demostración audiovisual de a qué te refieres cuando dices lo de de tu voz delante de la tele, la frecuencia y que se refleja en algún plató de televisión argentina, por eso entiendo que es una alteración de la señal de televisión.
[Te recomiendo a parte, utilizar el método de Dark grabándote ya que es el más sencillo y probable de detectar, y para nosotros ayudarte, teniéndolo como base]
A lo que me refiero, es que enciendas la televisión, pongas un canal de los que dices que se refleja tu voz y te grabes a ti hablando, diciendo cualquier frase poco relevante o sin sentido alguno. Pero como entenderás, queremos pruebas porque hay mucho delirante estafador que viene a recabar atención de la gente sin propósito alguno, y eso no me gusta; por lo que te pido que mientras completes el acto en el que te menciono antes te pongas una canción de fondo con el volumen tenue, es decir que mientras hables y digas aquello que tengas que decir para que se refleje en la televisión, se escuche la
música con volumen tenue de fondo para saber que eres TÚ y no un vídeo de mierda en forma de mofa, o cualquier mariconada burda. Si puede ser la canción, una de Anuel AA, es mi trapero favorito, pero eso lo dejo en tus manos.
Fuerza, camarada! Te doy mi voto de confianza en principio, ya que tal y cómo están los tiempos, no me espero menos. Vivimos en una sociedad engañada; las manos de los políticos siempre van al pan.