ABC El paradigma de la excelencia académica busca ampliar sus horizontes


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Estudiar un doctorado aporta habilidades claves que permitirían destacar en el mercado laboral. Sin embargo, en España este tipo de estudios no se valoran aún adecuadamente. Ni es sinónimo de empleo garantizado (aunque la tasa de empleabilidad es alta) ni mucho menos de mejor retribución salarial. Ante esta realidad es habitual preguntarse si resulta atractivo optar por esta excelencia académica o si solo está destinada a aquellos que opten por la docencia o la carrera científica. «Todo lo que sea estudiar un tema es bonito, supone profundizar en un área de conocimiento concreto y resulta siempre atractivo», comienza por destacar Antonio Bascones Martínez, presidente de la Real Academia de Doctores de España (RADE). Pero reconoce que el título de doctor debe ser más valorado, «la calidad del estudio debe defenderse siempre», añade. Desde el punto de vista práctico y profesional este título no tiene una excesiva importancia, no se valora debidamente «pero sí desde el punto de vista científico y universitario», afirma Bascones, médico estomatólogo catedrático de la Facultad de Odontología de la UCM. Señala dos razones importantes a la hora de decidirse por estos estudios: «Seguir una carrera académica y profundizar un tema, culturizarse». Cuando nos fijamos en el mundo empresarial «se valora más tener un MBA que un doctorado», afirma Esther Carrera, Senior Director de PageGroup. Quien opta por estos estudios «denota un nivel intelectual elevado, orientación al detalle, estudios largos, perseverancia, que no se rinde, fidelidad al proyecto, paciencia...». Unos rasgos importantes que pueden ayudar a encontrar una buena posición laboral, pero no es decisivo. «Es siempre mejor tener un doctorado que no tenerlo pero cuando una empresa se decide entre dos candidatos, no es determinante», reconoce Carrera. En los 14 años que lleva en el mundo de la selección no ha visto mucho cambio en España en relación a los títulos de doctor. «Se valoran en sectores como el farmacéutico, químico, salud, pero a nivel salarial no es muy representativo». Lo que más se ve son candidatos que han apostado por la investigación. Y es en este aspecto donde «hace falta dar más relevancia a las profesiones de investigación». Se lamenta de los bajos sueldos que se pagan en España mientras que en EE.UU., por ejemplo, gozan de prestigio y mejor remuneración. «Algo debe cambiar y nos debemos preguntar qué vale más: un salario en investigación I + D que puede crear la vacuna contra el Covid o un salario de Messi». Lamenta que se olvide el valor que estos investigadores aportan a la sociedad. La creencia de que la única salida profesional tras el doctorado es la académica está muy extendida, pero desde la Escuela de Doctorado de la Universidad Nebrija quieren que se conozcan otras opciones en el sector privado a tener en cuenta. «En España el doctorado no suele aportar un valor diferencial en una empresa si no tienen un departamento de I+D, en el extranjero sí pasa», apunta Alfonso Sánchez-Macián, coordinador del Programa de Doctorado Nebrija en Ingenierías Industriales e Informáticas. Y en esta universidad también destacan las habilidades que desarrollan los doctorandos mientras llevan a cabo sus estudios como trabajo en equipo, responsabilidad con el proyecto, toma de decisiones, liderazgo, comunicación o resolución de problemas. Modelo español El presidente de la RADE defiende el modelo que existe en España para el doctorado, por estar bien planteado, pero detecta deficiencias en los aspectos prácticos. «Hay peldaños administrativos que se saltan», puntualiza. Señala la elección de director de la tesis como el punto clave al comenzar el doctorado, «con un alto nivel científico y académico». Tras los 3-4 años que se dedican para la elaboración de la tesis, se deben pasar una serie de trámites. El primero es presentar la tesis a la facultad indicando los posibles diez miembros para los tribunales de tesis «que deben tener un profundo conocimiento sobre el tema y poseer sexenios de investigación». La comisión académica es quien elige a cinco de las diez personas y si considera correcta pasa a la universidad. El tribunal convoca la plaza y se realiza la defensa de la tesis. «Cuanta más categoría tiene el tribunal más categoría tendrá la tesis y lo ideal es que una vez defendida se pueda publicar, con 5-6 trabajos de impacto». En el curos 2017/18, los últimos datos disponibles, se matricularón casi 80.000 alumnos en un doctorado frente a los más de 200.000 en máster Los últimos datos disponibles en el Ministerio de Universidades son los relativos al curso 17/18, cuando se matricularon en un doctorado 79.386 estudiantes frente a los 205.049 de máster. En este curso académico sólo en la Universidad Complutense están matriculados 6.090 doctorandos en un total de 58 programas. Los dos más recientes son Musicología (19-20) y Turismo (20-21). «Los doctorados más habituales están relacionados con las áreas profesionales donde es una titulación requerida o muy valorada: enseñanza universitaria, investigación, salud o derecho», explica María Teresa González Jaén, directora de la Escuela de Doctorado de la UCM. «El objetivo de esta formación está centrado en la investigación, cualquiera que sea el área, en la creación de conocimiento, la detección y análisis de problemas y la búsqueda de soluciones, en un contexto riguroso donde las buenas prácticas son un aspecto esencial», destaca la responsable. El doctorado implica además «una fuerte formación metodológica, herramientas avanzadas, manejo de fuentes especializadas, capacidad creativa e intelectual para idear, argumentar y comunicarse en entornos a menudo internacionales», añade. Es decir, este perfil coincide con la evolución del sector empresarial en las últimas décadas que «incorpora la innovación como clave en sus objetivos y estrategias de competitividad. Por ello, la incorporación de doctores a los sectores industriales, empresariales y profesionales de todas las áreas es cada vez mayor, sobre todo a nivel europeo y en el resto de países avanzados», añade. El doctorado de por sí ya representa la formación más avanzada y novedosa en cada área, y se utilizan cada vez más herramientas transversales.

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