TEKNAUTAS Este móvil cuesta 500€ pero te da lo que uno de 800: 7 días con el Poco F2 Pro de Xiaomi


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El nombre, dos años después, sigue sonando raro. Pocophone. PO-CO-FON. Suena a 'marketing' chusquero, a un teléfono como aquellos Zetta, ese 'smartphone' puntero 'made in Extremadura' que acabó siendo un trucho mayúsculo, ya que no eran otra cosa que un móvil reetiquetado. Pero que tu oído, si no has escuchado antes este nombre, no te lleve a equívoco. Detrás de esta marca, está uno de los grandes fabricantes de móviles mundiales: Xiaomi. En septiembre de 2018, puso en marcha este experimento con el Pocophone F1 con una propuesta que no a pocos sorprendió.
Siete días con el nuevo iPhone SE: por fin Apple ha conseguido lo que nadie esperaba

Michael Mcloughlin
"Me compraría un iPhone pero a ver quién se deja ese pastizal". Apple cubre el flanco por el que más le atacan con un terminal de 489€ con el diseño del iPhone 8, cámara mejorada y el mejor de sus chips


Juntó elementos tan prémium como lo eran entonces el Snapdragon 845 (el chip que utilizaban por aquel entonces muchos 'pata negra' del mercado), con un sistema de refrigeración líquida y reconocimiento facial con sensor IR. Las renuncias: la ausencia de NFC, una pantalla normalita y, sobre todo, el denostado plástico como ingrediente principal de un armazón que no casaba en absoluto con el pedigrí de sus tripas. Con eso conseguía un precio muy competitivo: 329 euros de partida. Casi de risa para los tiempos que corrían y lo que ofrecía. Sin embargo, no tuvo continuidad el curso siguiente y muchos pensaron que no se volvería a ver por estas latitudes.

El caótico catálogo de Xiaomi

Una idea que se reforzó a principios de año cuando la empresa comunicaba que Poco se constituía como una marca independiente. Pero todo cambió hace unas semanas. Finalmente apareció un sucesor, el Poco F2 Pro, para Europa. La propuesta ha cambiado bastante. Ahora hay cristal templado en el diseño, un panel SuperAmoled y cámara cuádruple, entre otras cosas. También conexión 5G. A todo eso se suma un precio mayor, que se queda al borde de los 550 euros.

Lo cierto es que este incremento dificulta identificarlo como el 'chollazo' que fue el anterior modelo. Y más en un catálogo tan caótico como puede resultar el de Xiaomi, donde unos modelos se pisan a otros. Hemos pasado siete días con el terminal entre manos para ver si su nuevo precio está justificado y si merece tanto la pena como su predecesor.


Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

Nos encontramos un teléfono más grande. Ahora tiene 6,67 pulgadas de diagonal. Abarcarlo con una sola mano es imposible, tanto por las medidas (163.3 x 75.4 x 8.9 mm) como por sus 220 gramos de peso. Está en la línea de esos diseños agigantados que se han generalizado en los últimos años. El 87% de su parte frontal está ocupado por la pantalla. No tanto porque hayan apurado al máximo los bordes, que están bastante ajustados, sino porque apuestan por meter la cámara frontal en un periscopio.

Ni 'notch' ni pantalla agujereada. Prácticamente son los únicos que se quedan con un mecanismo motorizado de este tipo, después de que Oppo y OnePlus hayan renunciado a este tipo de piezas. Sobre esta apartado solo comentar que se despliega rápido y que, como he chequeado en las pruebas que he realizado dejándolo caer, el sensor evita que esté abierta cuando impacta contra el suelo.

Una de 'jack' y otra de arena

Con 60Hz, en esta submarca de Xiaomi han optado por no entrar en la carrera de la tasa de refresco. Por algún lado había que hacer recortes. Tienen una pantalla que es más que digna para el coste del teléfono, muy por encima de lo que cabría esperar. La resolución se mantiene en Full HD+ —algo que beneficia la autonomía, una de sus grandes bazas— y ofrece HDR 10 +, así como un nivel de brillo de 800 nits, con picos de hasta 1.100. La densidad de píxeles es de 395 por pulgada. No es una estadística puntera pero en términos generales es un muy buen panel OLED para esta franja del mercado. Cumple en todos los aspectos: respuesta, colores, luminosidad y ángulos de visión.


Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

La carga de la biometría reside en un sensor de huellas que está bajo la pantalla. Y tiene un desempeño corriente. Aprobado justo. A veces falla más de lo deseado y no es precisamente veloz. Ese es uno de los puntos que más llaman la atención. Teniendo en cuenta que el reconocimiento facial va a quedar en segundo plano al apostar por una cámara selfi retráctil, tenían que haber echado el resto aquí. Un pequeño lunar.

Pero una de arena y otra de cal. El Poco F2 Pro mantiene el conector 'jack'. Algo que es imposible de ver en los móviles con los que aspira a competir, que lo han dejado completamente de lado. Sobre su construcción, poco más que decir. Cuenta con una espalda completamente despejada salvo por la circunferencia que alberga los cuatro sensores. El puerto es USB tipo C. El terminal cuenta con un solo altavoz, con un sonido correcto. El terminal, por cierto, es compatible con el códec aptxHD de Qualcomm, algo que no ocurría con su predecesor.

El mejor motor, al mejor precio

Hasta aquí, tanto en diseño como en pantalla, nos encontramos mejoras notables. ¿Qué ocurre con el interior? Pues aquí la apuesta es similar al Pocophone F1. Monta el mejor procesador del curso de Qualcomm, el Snapdragon 865. Viene con el módem X55 para conectividad 5G. Sobre este último punto, decir que está preparado para 'non stand-alone' (que es el sistema que sostiene el actual 5G desnatado que comercializa Vodafone, el único que se ha atrevido a dar el paso) y 'stand alone' (las redes que se desarrollarán especificamente para esta nueva tecnología). He conseguido, en la zona de Azca-Castellana, una velocidad que ha rondado, dependiendo el punto en el que estuviese, entre 400 y 500 mbps por segundo de descarga cuando he gozado de esta cobertura. Lo positivo de esta configuración es eso, que estará preparado para lo que venga.

El rendimiento ha sido notable. Muy fluido siempre, con todo. Varias 'apps' corriendo en paralelo, juegos como el 'Call of Duty' y 'PUG', editar pequeños clips... Y eso que he tenido la versión de 6GB de RAM. Si crees que te vas a quedar corto, tienes la versión de 8GB. Solo se calentó ligeramente al grabar varias piezas en 8K, pero nada significativo. En la memoria interna, sí hay una mala noticia: no es ampliable por microSD. Habrá que conformarse con los 128GB o los 256GB de la versión superior.


Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

La versión básica cuenta con RAM LPDDR4X, mientras que la superior es LPDDR5, más avanzada. En el almacenamiento, en ambos casos, tenemos el estándar UFS 3.1, lo que nos garantiza la mayor velocidad del momento para leer y escribir información. En lo que se refiere a la conectividad, contamos con Wifi 6, BT 5.0, NFC y sensor de infrarrojos en la parte superior junto al conector de auriculares.

Batería espectacular

Vayamos a la batería. La autonomía fue uno de los grandes puntos fuertes del Pocophone F1. El Poco F2 conserva esta seña de identidad. Es uno de los móviles más equilibrados energéticamente en lo que va de año. Sus 4.700 mAh se pueden agotar en un día si haces un esfuerzo ímprobo. Imposible para el común de los mortales. He acabado siempre el día con entre el 30 y el 25% de batería.

He rondado siempre entre siete horas y 45 minutos de pantalla, y manteniendo el brillo a raya he llegado a las ocho horas y media. Esto se traduce en que un usuario corriente, no intensito, verá pasar hasta día y medio hasta tener que conectarlo de nuevo. Cuenta con carga rápida de 30W. El 50% se alcanza en poco más de 20 minutos. La completa, sobrepasa la hora por muy poco. Aquí, en este apartado, está otra de las grandes ausencias de este aparato: la carga inalámbrica.

Cámara versátil, pero...


Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.


Pasemos a hablar de la cámara. Es una cámara cuádruple que está compuesta por un sensor principal con OIS de 64 megapíxeles (Sony IMX686, 1.6μm Súper Pixel 4 en 1, tamaño del sensor 1/1.7", ƒ/1.89 de apertura), un ultra gran angular de 13 megapíxeles (123° FoV, ƒ/2.4 apertura), un macro de cinco megapíxeles (1.12μm tamaño del píxel, ƒ/2.2 apertura, AF 3cm-7cm) y un sensor de profundidad de 2mpx. En capacidades de vídeo, como adelantábamos, puede grabar hasta en 8K (a 30 fps y actualizará el 'software' para permitir 24 fps), pero solo permite clips de seis minutos de duración en esta calidad.


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Permite grabar 4K y 1080 a 60 o 30 fps, así como 720p a 30fps. Puede capturar 'slow motion' a 960fps tanto a HD o Full HD. Incluye modo cine, modo profesional y también permite hacer 'bokeh' en vídeo. La cámara delantera cuenta con un sensor de 20 megapíxeles, que graba 1080p a 30 frames por segundo, y puede hacer cámaras lentas de 120fps a 720p.


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Suele ser este apartado, el de la fotografía y el vídeo, en el que más se notan las diferencias entre un móvil de 549 euros como este, uno de 800 y otro de 1.000. Obviamente hay detalles que delatan su naturaleza, pero creo que una buena cámara, cuya versatilidad es su mejor valor. Incluso sin tener una pieza dedicada al 'zoom' óptico, se puede aprovechar el sensor principal para hacer aumentos más que decentes.


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Una de las principales críticas que se le pueden hacer es la gestión que hace el sistema de inteligencia artificial, que satura en exceso los cielos dándole un acabado bastante exagerado, por lo que nos puede fastidiar una foto si la tenemos activada cuando no toca. Una queja extensible al modo retrato, que aunque es solvente con luz, hace unos recortes agresivos y a veces el difuminado resulta poco natural.

Con la configuración nocturna, sin embargo, nos encontramos unos resultados bastante pintones. Gestiona bien los contrastes, con colores más o menos realistas, las luces directas y recuperando información y detalles que se perderían en las sombras. Obviamente si la luz es muy escasa tampoco hará milagros. El ultra gran angular se maneja dentro de lo esperable, mientras que la lente macro ofrece unas capturas más bien normalitas, que nadie espere milagros.


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Entre estos párrafos, tenéis varios ejemplos de fotos con esta cámara, que a muchos les dejará más que satisfechos. Es un resultado notable teniendo en cuenta el precio. Es cierto que en calidad fotográfica el iPhone SE, de 489 euros, o el Pixel 3a, de 399 euros, pueden ofrecer mejor resultado, aunque distan mucho de ser tan versátiles al contar con una única lente.

La ley 'mejor sí, pero no a este precio'

El Poco F2 Pro vuelve a cumplir esa norma no escrita de Xiaomi de que este móvil se puede hacer mejor, pero difícilmente a este precio. Puede ocupar perfectamente el lugar que ha quedado huérfano con la subida de precio de los OnePlus. El lugar de un terminal que aspira a saciarte igual que lo haría uno de más de 800 pero por 549 euros (649 en la versión superior). Obviamente, cuando quieres colgarte esa aureola de matagigantes y ajustar tanto el precio tienes que renunciar a cosas como la protección IP68, la carga inalámbrica, el altavoz dual... Sacrificios más que asumibles, en mi opinión.

El Snapdragon 865 (el más barato) puede conferirle una buena capacidad de envejecimiento y además viene con conectividad 5G (NSA y SA). Si quieres invertir algo más de dinero, siempre te puedes ir a un OnePlus 8. Si quieres algo en ese rango, tienes también el Realme X50 Pro 5G, una propuesta similar, aunque con algunos matices. También puedes tener alternativas terminales del año pasado como el S10 o el P30 Pro de Huawei. Dentro del propio catálogo de Xiaomi, el Mi Note 10 podría ser una opción, dependiendo de lo que busques. Pero entre los de este curso, este Poco F2 Pro es una vez más el móvil que más te va a dar por el dinero que pide. Eso sí, la competencia cada vez está más cerca.

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