Historias de Reddit.
1- Hace 6 años, mientras trabajaba en una tienda de electrónicos, viví una experiencia que todavía me hace preguntarme si alguna vez entraré de nuevo a una tienda de cámaras de seguridad sin pensar en ello.
Era un día normal de trabajo cuando un cliente entra apresuradamente, con el rostro pálido y sudando. Se acerca a mí y murmura nervioso que necesita ayuda con algo muy urgente. Le pregunto qué sucede, y me cuenta que ha estado notando comportamientos extraños en su hogar y sospecha que alguien ha estado merodeando por su propiedad durante la noche.
Aunque no era parte de mis responsabilidades, decidí acompañarlo a su casa después de mi turno para echar un vistazo a las grabaciones de sus cámaras de seguridad. Al llegar, noté que su casa era un lugar hermoso y bien cuidado, pero la atmósfera estaba cargada de tensión.
Nos dirigimos al área donde tenía instaladas las cámaras y comenzamos a revisar las grabaciones de la noche anterior. En un momento específico, vimos algo que nos heló la sangre. En la pantalla, una figura oscura y encapuchada merodeaba por el jardín trasero. El cliente estaba visiblemente afectado, y yo no podía dejar de sentir un escalofrío recorriendo mi espalda.
Decidimos revisar las grabaciones de las noches anteriores, y para nuestra sorpresa, la figura aparecía regularmente. No parecía llevarse nada ni hacer daño aparente, simplemente caminaba de un lado a otro del jardín, como si estuviera buscando algo.
Intrigados y alarmados, decidimos instalar más cámaras para cubrir todos los ángulos posibles. Pasaron varias noches sin novedades, hasta que una madrugada, la figura volvió a aparecer. Esta vez, algo cambió: llevaba consigo un pequeño paquete y lo dejó cuidadosamente en el umbral de la puerta antes de desaparecer en la oscuridad.
Con curiosidad y nerviosismo, el cliente abrió el paquete y encontró una nota junto con un reloj antiguo. La nota decía: "Perdón por merodear, solo estaba buscando el lugar adecuado para dejar esto. Pertenece a tu familia, y creo que estará más seguro contigo que conmigo".
Resulta que la figura encapuchada era el hermano menor del cliente, a quien no había visto en años y que pensaba que había desaparecido. Había estado observando desde lejos para asegurarse de que todo estuviera bien antes de hacerse presente. La situación, que comenzó como algo aterrador, se convirtió en un emotivo reencuentro entre hermanos perdidos.
2- Hace unos años, mientras navegaba por la deep web por pura curiosidad, me topé con un foro oscuro lleno de mensajes encriptados y referencias perturbadoras. Entre la maraña de hilos, encontré uno que llamó mi atención por su título siniestro: "La subasta de lo inimaginable".
Intrigado y cautivado por la oscuridad de la propuesta, decidí explorar el hilo. A medida que leía los mensajes, descubrí que supuestamente se trataba de una subasta en la que los participantes pujaban por experiencias y objetos que iban más allá de los límites de lo aceptable. Desde reliquias supuestamente malditas hasta promesas de revelaciones macabras, el contenido era cada vez más inquietante.
Decidí sumergirme más en la experiencia y, en un momento de imprudencia, participé en una subasta que ofrecía "El Conocimiento Prohibido". Gané la puja y recibí un archivo comprimido que, al descomprimirlo, reveló una serie de documentos, imágenes y grabaciones que iban más allá de mi capacidad de asimilación.
Entre los archivos, encontré vídeos de rituales oscuros, fotografías perturbadoras de lugares aparentemente abandonados y documentos que insinuaban la existencia de sociedades secretas dedicadas a prácticas que desafían toda lógica humana. Cuanto más profundizaba en el contenido, más sentía que algo oscuro y malévolo se filtraba en mi propia realidad.
Una noche, mientras revisaba los archivos en mi ordenador, la pantalla parpadeó repentinamente y se iluminó con imágenes grotescas y perturbadoras que parecían salir de las profundidades de la locura. La habitación se llenó de un frío inexplicable, y escuché susurros ininteligibles que parecían provenir de las sombras.
Aterrorizado, intenté borrar los archivos, pero parecía que la oscuridad se aferraba a ellos. Las imágenes aberrantes se volvían más vívidas, y los susurros se intensificaban. En un último intento desesperado, apagué el ordenador, pero la presencia maligna parecía haberse arraigado en mi entorno.
Desde esa noche, mi vida se convirtió en un torbellino de pesadillas y fenómenos inexplicables. Sombras retorcidas acechaban en las esquinas de mi visión, y los susurros se convirtieron en voces que me atormentaban día y noche. Cada intento de deshacerme de los archivos parecía alimentar la oscuridad, y me di cuenta de que había desencadenado algo que estaba más allá de mi comprensión.
En mi desesperación, busqué ayuda en comunidades especializadas, pero nadie parecía tener una solución. La presencia se intensificaba, como si mi mera existencia estuviera conectada de alguna manera a la malevolencia que había liberado.
1- Hace 6 años, mientras trabajaba en una tienda de electrónicos, viví una experiencia que todavía me hace preguntarme si alguna vez entraré de nuevo a una tienda de cámaras de seguridad sin pensar en ello.
Era un día normal de trabajo cuando un cliente entra apresuradamente, con el rostro pálido y sudando. Se acerca a mí y murmura nervioso que necesita ayuda con algo muy urgente. Le pregunto qué sucede, y me cuenta que ha estado notando comportamientos extraños en su hogar y sospecha que alguien ha estado merodeando por su propiedad durante la noche.
Aunque no era parte de mis responsabilidades, decidí acompañarlo a su casa después de mi turno para echar un vistazo a las grabaciones de sus cámaras de seguridad. Al llegar, noté que su casa era un lugar hermoso y bien cuidado, pero la atmósfera estaba cargada de tensión.
Nos dirigimos al área donde tenía instaladas las cámaras y comenzamos a revisar las grabaciones de la noche anterior. En un momento específico, vimos algo que nos heló la sangre. En la pantalla, una figura oscura y encapuchada merodeaba por el jardín trasero. El cliente estaba visiblemente afectado, y yo no podía dejar de sentir un escalofrío recorriendo mi espalda.
Decidimos revisar las grabaciones de las noches anteriores, y para nuestra sorpresa, la figura aparecía regularmente. No parecía llevarse nada ni hacer daño aparente, simplemente caminaba de un lado a otro del jardín, como si estuviera buscando algo.
Intrigados y alarmados, decidimos instalar más cámaras para cubrir todos los ángulos posibles. Pasaron varias noches sin novedades, hasta que una madrugada, la figura volvió a aparecer. Esta vez, algo cambió: llevaba consigo un pequeño paquete y lo dejó cuidadosamente en el umbral de la puerta antes de desaparecer en la oscuridad.
Con curiosidad y nerviosismo, el cliente abrió el paquete y encontró una nota junto con un reloj antiguo. La nota decía: "Perdón por merodear, solo estaba buscando el lugar adecuado para dejar esto. Pertenece a tu familia, y creo que estará más seguro contigo que conmigo".
Resulta que la figura encapuchada era el hermano menor del cliente, a quien no había visto en años y que pensaba que había desaparecido. Había estado observando desde lejos para asegurarse de que todo estuviera bien antes de hacerse presente. La situación, que comenzó como algo aterrador, se convirtió en un emotivo reencuentro entre hermanos perdidos.
2- Hace unos años, mientras navegaba por la deep web por pura curiosidad, me topé con un foro oscuro lleno de mensajes encriptados y referencias perturbadoras. Entre la maraña de hilos, encontré uno que llamó mi atención por su título siniestro: "La subasta de lo inimaginable".
Intrigado y cautivado por la oscuridad de la propuesta, decidí explorar el hilo. A medida que leía los mensajes, descubrí que supuestamente se trataba de una subasta en la que los participantes pujaban por experiencias y objetos que iban más allá de los límites de lo aceptable. Desde reliquias supuestamente malditas hasta promesas de revelaciones macabras, el contenido era cada vez más inquietante.
Decidí sumergirme más en la experiencia y, en un momento de imprudencia, participé en una subasta que ofrecía "El Conocimiento Prohibido". Gané la puja y recibí un archivo comprimido que, al descomprimirlo, reveló una serie de documentos, imágenes y grabaciones que iban más allá de mi capacidad de asimilación.
Entre los archivos, encontré vídeos de rituales oscuros, fotografías perturbadoras de lugares aparentemente abandonados y documentos que insinuaban la existencia de sociedades secretas dedicadas a prácticas que desafían toda lógica humana. Cuanto más profundizaba en el contenido, más sentía que algo oscuro y malévolo se filtraba en mi propia realidad.
Una noche, mientras revisaba los archivos en mi ordenador, la pantalla parpadeó repentinamente y se iluminó con imágenes grotescas y perturbadoras que parecían salir de las profundidades de la locura. La habitación se llenó de un frío inexplicable, y escuché susurros ininteligibles que parecían provenir de las sombras.
Aterrorizado, intenté borrar los archivos, pero parecía que la oscuridad se aferraba a ellos. Las imágenes aberrantes se volvían más vívidas, y los susurros se intensificaban. En un último intento desesperado, apagué el ordenador, pero la presencia maligna parecía haberse arraigado en mi entorno.
Desde esa noche, mi vida se convirtió en un torbellino de pesadillas y fenómenos inexplicables. Sombras retorcidas acechaban en las esquinas de mi visión, y los susurros se convirtieron en voces que me atormentaban día y noche. Cada intento de deshacerme de los archivos parecía alimentar la oscuridad, y me di cuenta de que había desencadenado algo que estaba más allá de mi comprensión.
En mi desesperación, busqué ayuda en comunidades especializadas, pero nadie parecía tener una solución. La presencia se intensificaba, como si mi mera existencia estuviera conectada de alguna manera a la malevolencia que había liberado.