ABC La crisis reabre la brecha de financiación entre comunidades


Staff

Soporte administrativo
Staff
Moderador
Noder
pedro-sanchez-kqDC--620x349@abc-kpcH--620x349@abc.jpg
La crisis del coronavirus levanta fronteras entre países, por su dispar margen fiscal a la hora de aprobar medidas económicas, pero también entre regiones. Una potencia de fuego distinta, incluso dentro de los propios países, que en España amenaza con verse blanco sobre negro cuando comiencen a aprobarse planes de recuperación con mayor músculo en unos territorios que en otros. Una situación en la que los regímenes fora les cuentan con una situación privilegiada de partida, pese a que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, señaló en Telecinco hace unos días que si País Vasco tiene mejores servicios es porque se pagan más impuestos, ante el interés de la periodista Ana Rosa Quintana de empadronarse en la región. «No se suele recordar que pagamos más impuestos que otros y ese es el secreto de que tengamos mejores servicios (...). Antes hay que mirar la declaración de la Renta», abundó Ortuzar. Los datos desmienten esta afirmación. En el IRPF los que ganan de 12.000 a 18.000 euros pagan más en el País Vasco que en el resto de España por la rebaja que acordaron PP y Ciudadanos desde 2018 aplicable a las comunidades de régimen común, pero después, para los que ganan a partir de este umbral hasta los 70.000 euros, las diputaciones vascas cuentan con el IRPF más bajo de España, según el Consejo General de Economistas. Es en esta horquilla donde se concentra la mayor parte de la población: en las diputaciones vascas esto supone un 48% de las declaraciones, según los datos de IRPF de 2016. En el Impuesto de Sociedades el tipo en el País Vasco es del 24% frente al 25% del resto de España –con Navarra al margen–, a lo que se suman deducciones fiscales mucho mayores en territorio foral. Más allá de la presión fiscal, País Vasco y Navarra cuentan con una financiación per cápita muy superior a la del resto de comunidades por su propio estatus foral y los cálculos del cupo y el concierto con el Estado, que hacen que su aportación a la solidaridad regional sea muy reducida o nula. Según los últimos cálculos de las balanzas territorializadas del Ministerio de Hacienda, en País Vasco y Navarra reciben el doble de financiación per cápita que el resto de las comunidades: 3.978 euros por barba de las forales por 2.082 de media del resto de regiones de régimen común. Comunidad Valenciana ha sido tradicionalmente una de las regiones más infrafinanciadas. Precisamente, el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) publicó esta semana un informe en el que alerta que esta brecha de financiación puede provocar una recuperación a dos velocidades de las regiones. En los planes de desarrollo regional de 2018, mientras Murcia dedicó 376 euros por habitante, Navarra destinó 871, lo que cuestiona la convergencia autonómica, una distancia que puede agrandarse tras la crisis del Covid 19. «La financiación de cada comunidad sí podría notarse más en la disponibilidad de recursos para financiar ayudas a hogares y empresas que ayuden a paliar los efectos de la crisis y a favorecer la reconstrucción», abunda el director de Fedea, Ángel de la Fuente, que advierte: «eso podría notarse algo en el ritmo de salida, aunque no creo que vaya a ser un factor muy importante». Porque las diferencias no solo atañen a forales y al resto, aunque son las más marcadas, sino entre comunidades con financiación por encima de la media como Cantabria, La Rioja, Extremadura y Asturias frente a otras con menos recursos per cápita como Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y Valencia, denuncia el Ivie. Precisamente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha puesto sobre la mesa un fondo de 16.000 millones de euros del Estado para las comunidades, con la intención de que puedan hacer frente a la crisis del coronavirus. Una cantidad que no es casual: mientras era consejera de Hacienda de Andalucía, Montero calculó la infrafinanciación regional en esta misma cantidad, 16.000 millones al año. Un parche ante la falta de una reforma de financiación que lleva desde 2014 pendiente. «Está bien que el Gobierno ayude a las comunidades en una situación como esta, aunque creo que las está sobreprotegiendo y que sería mejor que parte de la ayuda fuera reembolsable. El Fondo tiene varios componentes y uno de ellos pretende ayudar a financiar el incremento del gasto sanitario generado por el Covid. Parece lógico que ese tramo se distribuya en proporción a indicadores de la incidencia de la pandemia. Cataluña y Madrid han sido las comunidades más afectadas y por lo tanto es natural que estén entre las que más reciben por este concepto. Lo que me gusta menos del Fondo es el reparto de sus otros componentes. Se está desperdiciando una buena oportunidad para mejorar la equidad del reparto de la financiación autonómica, para lo que sería necesario primar ahora a las regiones con menor financiación por habitante ajustado», denuncia De la Fuente. Un cambio de criterio que finalmente comunicó ayer Hacienda para beneficiar más a Andalucía, Murcia y Valencia, tres de las regiones peor financiadas. ¿Vuelta al mercado? Otra de la consecuencias de la crisis afecta directamente a los planes de financiación en los mercados de las autonomías. El año 2019 estuvo marcado por una fuerte inestabilidad política y elecciones que se han traducido en un menor cumplimiento de las reglas fiscales. Así, mientras en 2018 el conjunto de las comunidades cumplían todos los objetivos fiscales, en 2019 solo lo cumplen con el objetivo de deuda. De hecho en 2018 trece regiones cumplieron el triple examen de déficit, gasto y deuda pública, mientras que en 2019 solo Andalucía lo cumplió. El incumplimiento generalizado junto con la llegada de la pandemia retrasará la vuelta a los mercados de las comunidades. Aún falta que se publique en octubre el informe definitivo sobre el grado de cumplimiento, pero precisamente el mayor gasto para hacer frente a los efectos de la crisis apuntan a una difícil contención. El Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) provisto por el Estado desde 2012 y del que algunas regiones comenzaban a desengancharse, parece que se quedará unos años más.

Continuar leyendo...