Los instrumentos de tortura de la inquisición Española


Alexlealxd01

HISTORIADOR Y BIÓLOGO DEL FORO
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1. La cuna de Judas

Era un método terrible y pensado para obtener una rápida confesión. La cuna de Judas estaba compuesta por dos elementos: un sistema de cuerdas que elevaba al prisionero y una pirámide de madera, sujeta sobre un trípode, con una punta afiladísima sobre la que quedaba suspendido. El reo, de relajarse, se clavaba la puntiaguda parte de arriba del artefacto en los genitales. Si seguía sin soltar prenda, los verdugos le dejaban caer con fuerza destrozándole las partes íntimas.

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2.
El potro

Se trata de uno de los instrumentos de castigo más conocidos. Al condenado se le colocaba boca arriba sobre una tabla y sus extremidades se ataban con cuatro cuerdas. Las de las muñecas estaban fijas, mientras que las de las piernas se iban enrollando en una rueda giratoria hasta quedar dislocadas (o desmembradas). El dolor que provocaba esa rueda en los huesos era insoportable.

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3. La doncella de hierro

Era un sarcófago o ataúd vertical de dos puertas y con forma humana —de rostro femenino— en el que se introducía al preso. En su interior albergaba unos cuantos pinchos metálicos que, al cerrar las puertas, se clavaban en diferentes partes del cuerpo del condenado. La muerte no era instantánea a pesar de las multitudinarias heridas, sino que el objetivo de este método de tortura era que el reo se desangrase poco a poco.

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4. La pera vaginal, anal u oral

Era un objeto ancho en una punta y más estrecho en la otra, es decir, con forma de pera, como bien indica su nombre. Se podía aplicar de forma oral —a aquellos castigados acusados de tendencias antiortodoxas—, vaginal —a las mujeres que habían mantenido relaciones con alguno de los hombres de su familia con el demonio— u anal —como tortura para los homosexuales—. Una vez en el interior, se abría accionando un tornillo y se expandía generando un dolor tremendo.


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5. La sierra

Era una tortura tremendamente cruel y escalofriante. La sierra estaba reservada a mujeres que habían sido embarazadas por Satanás, según los inquisidores; para evitar que el niño demoníaco fuese dado a luz, los verdugos colgaban a la mujer boca abajo con las piernas abiertas y la segaban desde el ano hasta el vientre. Al estar en posición invertida, el cerebro de la prisionera estaba oxigenado y aguantaba mucho tiempo sin perder la consciencia o morir.

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6. Tormento de agua

Obligaban a las personas a beber cubetas llenas de agua. La cantidad era aproximadamente de 10 litros continuos. El torturador se ayudaba de un embudo y le impedía respirar a la víctima, su estómago no aguantaba más y después de sufrir tanto, explotaba.

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7. La garrucha

Era uno de los instrumentos de tortura más recurrentes. Consistía en atar por la espalda las manos del prisionero, ponerle peso extra en los pies y colgarlo con una polea por las muñecas. Cuando estaba lo más arriba posible, lo dejaban caer sin que tocara el suelo. Normalmente los brazos se le dislocaban.

Algunos personajes históricos que fueron sometidos a esta práctica son Nicolás Maquiavelo, Savonarola y Jaime de Montesana.

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8. La rueda

Se comenzó a utilizar en Francia en el siglo XVI. Existían distintas maneras en las que alguien podía ser torturado con este aparato. La primera utilizaba esta rueda de madera para atar en toda su área al mártir desnudo, después los torturadores lo golpeaban hasta el cansancio con hierros candentes o simplemente lo mutilaban mientras una hoguera ardía debajo de él.

Otra opción era colocar alguna extremidad dentro de la circunferencia, después se giraba la rueda y el brazo o pierna se rompía. La última era colocar al desdichado en el perímetro exterior de la rueda y después se giraba para desarticular su cuerpo.



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9. La araña de hierro

Diseñado especialmente para las mujeres que habían engañado a Dios acostándose con el diablo, la araña de hierro torturaba los senos femeninos. Se ataba a una mujer a un poste y se le colocaba el aparato como si fuera una pinza metálica por todo su seno. Después con una gran fuerza, se le arrancaba por completo.

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10. La hija del carroñero

Era una estructura metálica con aros y tuercas en el que se colocaba a la víctima. Poco a poco quebraba todos los huesos de la víctima. Fue utilizada principalmente por Elizabeth I de Inglaterra como una gran tenaza. De este modo, la víctima era aplastada gran fuerza que una vez quebradas sus costillas, dislocado su esternón, y rota su columna vertebral, empezaba a sangrar a borbotones por todos los orificios de su cuerpo, así como por los dedos y por la cara.

Por supuesto que existieron otros instrumentos que desbordaban la imaginación del inventor, convirtiéndose en métodos crueles que tenían como único fin, "limpiar el alma del pecador". Tan simples como el cinturón de castidad con picos de metal para desgarrar al perpetrador o la constante gota que cae en el prisionero por toda la eternidad. Las implicaciones psicológicas y físicas que provocaban eran atroces. Lo mejor de la Edad Media fue que, como sabemos, acabó con el Renacimiento.




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11. El aplastacabezas

La forma y el nombre de este instrumento de tortura medieval no dejan lugar a la imaginación. El condenado apoyaba la barbilla en la base y la cabeza quedaba encajada en el casquete. Empleado para lograr confesiones, los verdugos hacían girar el tornillo causando en primer lugar la rotura de dientes y mandíbula. Si el torturador seguía apretando, el tornillo podía llegar a destrozar el cráneo de la víctima, expulsando su cerebro por la cavidad ocular.

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12. La horquilla del hereje

Los encausados por la Inquisición debían abjurar de sus errores,
y con los herejes se utilizó esta especie de tridente con cuatro puntas afiladas que se clavaban bajo la barbilla y en el esternón. Este sistema no permitía moverse, por lo que era casi imposible pronunciar una sola palabra, y de las pocas que lograban decir entre susurros los que lo padecieron estaba el abiuro con el que renegaban de sus creencias.

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13. El garrote vil

Utilizado por la Inquisición con los reos arrepentidos para que no sufrieran los padecimientos de la hoguera
, era visto como una forma de muerte menos dolorosa. A pesar de ello, muchos de los condenados sufrieron lentas agonías, muriendo por estrangulamiento y no por la rotura del cuello. Este artilugio para administrar la pena capital alcanzó en España su máximo esplendor, sobre todo, a partir del reinado de Fernando VII, que lo institucionalizó en 1832.


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14. Toro de Falaris

Empleado ya por los romanos y rescatado por el Santo Oficio, imitaba a una olla con forma de bovino. Se introducía al acusado en su interior y se encendía una fogata debajo, hasta que el reo quedaba totalmente calcinado. Los gritos de dolor del prisionero salían por la boca del animal.

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15. La picota en tonel

Los borrachos debían tener mucho cuidado en tiempos de la Inquisición. Algunos de ellos tuvieron que enfrentarse al escarnio público portando este pesadísimo tonel de madera por las calles. Pero lo peor no era eso, si no el propio cóctel de excrementos y orines que se encontraba dentro de este artilugio, que llevaba a muchos a morir por la insalubridad del mismo.

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1. La cuna de Judas

Era un método terrible y pensado para obtener una rápida confesión. La cuna de Judas estaba compuesta por dos elementos: un sistema de cuerdas que elevaba al prisionero y una pirámide de madera, sujeta sobre un trípode, con una punta afiladísima sobre la que quedaba suspendido. El reo, de relajarse, se clavaba la puntiaguda parte de arriba del artefacto en los genitales. Si seguía sin soltar prenda, los verdugos le dejaban caer con fuerza destrozándole las partes íntimas.

Ver el archivo adjunto 4111Ver el archivo adjunto 4112


2.
El potro

Se trata de uno de los instrumentos de castigo más conocidos. Al condenado se le colocaba boca arriba sobre una tabla y sus extremidades se ataban con cuatro cuerdas. Las de las muñecas estaban fijas, mientras que las de las piernas se iban enrollando en una rueda giratoria hasta quedar dislocadas (o desmembradas). El dolor que provocaba esa rueda en los huesos era insoportable.

Ver el archivo adjunto 4113Ver el archivo adjunto 4114


3. La doncella de hierro

Era un sarcófago o ataúd vertical de dos puertas y con forma humana —de rostro femenino— en el que se introducía al preso. En su interior albergaba unos cuantos pinchos metálicos que, al cerrar las puertas, se clavaban en diferentes partes del cuerpo del condenado. La muerte no era instantánea a pesar de las multitudinarias heridas, sino que el objetivo de este método de tortura era que el reo se desangrase poco a poco.

Ver el archivo adjunto 4115Ver el archivo adjunto 4116



4. La pera vaginal, anal u oral

Era un objeto ancho en una punta y más estrecho en la otra, es decir, con forma de pera, como bien indica su nombre. Se podía aplicar de forma oral —a aquellos castigados acusados de tendencias antiortodoxas—, vaginal —a las mujeres que habían mantenido relaciones con alguno de los hombres de su familia con el demonio— u anal —como tortura para los homosexuales—. Una vez en el interior, se abría accionando un tornillo y se expandía generando un dolor tremendo.


Ver el archivo adjunto 4119Ver el archivo adjunto 4120


5. La sierra

Era una tortura tremendamente cruel y escalofriante. La sierra estaba reservada a mujeres que habían sido embarazadas por Satanás, según los inquisidores; para evitar que el niño demoníaco fuese dado a luz, los verdugos colgaban a la mujer boca abajo con las piernas abiertas y la segaban desde el ano hasta el vientre. Al estar en posición invertida, el cerebro de la prisionera estaba oxigenado y aguantaba mucho tiempo sin perder la consciencia o morir.

Ver el archivo adjunto 4123Ver el archivo adjunto 4124



6. Tormento de agua

Obligaban a las personas a beber cubetas llenas de agua. La cantidad era aproximadamente de 10 litros continuos. El torturador se ayudaba de un embudo y le impedía respirar a la víctima, su estómago no aguantaba más y después de sufrir tanto, explotaba.

Ver el archivo adjunto 4125


7. La garrucha

Era uno de los instrumentos de tortura más recurrentes. Consistía en atar por la espalda las manos del prisionero, ponerle peso extra en los pies y colgarlo con una polea por las muñecas. Cuando estaba lo más arriba posible, lo dejaban caer sin que tocara el suelo. Normalmente los brazos se le dislocaban.

Algunos personajes históricos que fueron sometidos a esta práctica son Nicolás Maquiavelo, Savonarola y Jaime de Montesana.

Ver el archivo adjunto 4126Ver el archivo adjunto 4127


8. La rueda

Se comenzó a utilizar en Francia en el siglo XVI. Existían distintas maneras en las que alguien podía ser torturado con este aparato. La primera utilizaba esta rueda de madera para atar en toda su área al mártir desnudo, después los torturadores lo golpeaban hasta el cansancio con hierros candentes o simplemente lo mutilaban mientras una hoguera ardía debajo de él.

Otra opción era colocar alguna extremidad dentro de la circunferencia, después se giraba la rueda y el brazo o pierna se rompía. La última era colocar al desdichado en el perímetro exterior de la rueda y después se giraba para desarticular su cuerpo.



Ver el archivo adjunto 4128Ver el archivo adjunto 4129


9. La araña de hierro

Diseñado especialmente para las mujeres que habían engañado a Dios acostándose con el diablo, la araña de hierro torturaba los senos femeninos. Se ataba a una mujer a un poste y se le colocaba el aparato como si fuera una pinza metálica por todo su seno. Después con una gran fuerza, se le arrancaba por completo.

Ver el archivo adjunto 4130



10. La hija del carroñero

Era una estructura metálica con aros y tuercas en el que se colocaba a la víctima. Poco a poco quebraba todos los huesos de la víctima. Fue utilizada principalmente por Elizabeth I de Inglaterra como una gran tenaza. De este modo, la víctima era aplastada gran fuerza que una vez quebradas sus costillas, dislocado su esternón, y rota su columna vertebral, empezaba a sangrar a borbotones por todos los orificios de su cuerpo, así como por los dedos y por la cara.

Por supuesto que existieron otros instrumentos que desbordaban la imaginación del inventor, convirtiéndose en métodos crueles que tenían como único fin, "limpiar el alma del pecador". Tan simples como el cinturón de castidad con picos de metal para desgarrar al perpetrador o la constante gota que cae en el prisionero por toda la eternidad. Las implicaciones psicológicas y físicas que provocaban eran atroces. Lo mejor de la Edad Media fue que, como sabemos, acabó con el Renacimiento.




Ver el archivo adjunto 4131Ver el archivo adjunto 4132


11. El aplastacabezas

La forma y el nombre de este instrumento de tortura medieval no dejan lugar a la imaginación. El condenado apoyaba la barbilla en la base y la cabeza quedaba encajada en el casquete. Empleado para lograr confesiones, los verdugos hacían girar el tornillo causando en primer lugar la rotura de dientes y mandíbula. Si el torturador seguía apretando, el tornillo podía llegar a destrozar el cráneo de la víctima, expulsando su cerebro por la cavidad ocular.

Ver el archivo adjunto 4133Ver el archivo adjunto 4134


12. La horquilla del hereje

Los encausados por la Inquisición debían abjurar de sus errores,
y con los herejes se utilizó esta especie de tridente con cuatro puntas afiladas que se clavaban bajo la barbilla y en el esternón. Este sistema no permitía moverse, por lo que era casi imposible pronunciar una sola palabra, y de las pocas que lograban decir entre susurros los que lo padecieron estaba el abiuro con el que renegaban de sus creencias.

Ver el archivo adjunto 4135


13. El garrote vil

Utilizado por la Inquisición con los reos arrepentidos para que no sufrieran los padecimientos de la hoguera
, era visto como una forma de muerte menos dolorosa. A pesar de ello, muchos de los condenados sufrieron lentas agonías, muriendo por estrangulamiento y no por la rotura del cuello. Este artilugio para administrar la pena capital alcanzó en España su máximo esplendor, sobre todo, a partir del reinado de Fernando VII, que lo institucionalizó en 1832.


Ver el archivo adjunto 4136


14. Toro de Falaris

Empleado ya por los romanos y rescatado por el Santo Oficio, imitaba a una olla con forma de bovino. Se introducía al acusado en su interior y se encendía una fogata debajo, hasta que el reo quedaba totalmente calcinado. Los gritos de dolor del prisionero salían por la boca del animal.

Ver el archivo adjunto 4137



15. La picota en tonel

Los borrachos debían tener mucho cuidado en tiempos de la Inquisición. Algunos de ellos tuvieron que enfrentarse al escarnio público portando este pesadísimo tonel de madera por las calles. Pero lo peor no era eso, si no el propio cóctel de excrementos y orines que se encontraba dentro de este artilugio, que llevaba a muchos a morir por la insalubridad del mismo.

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Buen Post compañero, por si a alguien le interesa mas el tema, existe un museo de la tortura en santillana del mar, yo he ido, no es muy caro 5€ por persona y podreis ver todos estos elementos, en cuanto a duración de la visita en una media horita una hora os lo podeis ver, a mi me gusto bastante y recomendaria a la gente ir
 

Abaskal

Peep? :((
Noder
Muy buen post has conseguido que me interese la asignatura de historia por primera vez xd
 

Sadsu

後輩
Noderador
Nodero
Noder
Esto lo di en la eso fue brutal aún así creo que se utilizaron más métodos pero supongo que sería imposible recopilar todos