
En el mundo del fútbol, en un rincón de España,
Había un hombre llamado Rubiales, con alma temprana,
Director de la Federación, en su cargo destacado,
Con coraje y pasión, por su equipo entregado.
Rubiales, su nombre, en su cabeza brillante,
La alopecia no le importaba, era un hombre elegante,
En la final del Mundial, la emoción desbordante,
Un beso en la celebración, un gesto resonante.
Jessi, su amor secreto, en sus ojos brillaba,
Pero un amor no correspondido, en su alma quedaba,
Ella, ferviente seguidora de Irene Montero,
Lejos de su corazón, le alejaba y le cerro.
La presión social creció, como una ola feroz,
Por el beso que dio Rubiales, en ese instante atroz,
Lo que hace años aplaudían, hoy lo cuestionaban,
El amor no entendido, en su puesto lo arrancaban.
30 años de entrega, de amor al fútbol y su equipo,
Hoy se veían opacados, por un beso que no fue un dilema,
Rubiales dimitió, con lágrimas en sus ojos,
Jessi eligió otro camino, dejando atrás sus antojos.
En la historia del fútbol, su legado persiste,
Rubiales, valiente, en su amor resistió, persiste,
A pesar del desenlace, su pasión inquebrantable,
El fútbol y el amor, en su corazón imborrable.
En Motril, un hombre llamado Rubiales destacó,
Presidente de fútbol, su pasión él demostró,
Apoyando al fútbol modesto, con corazón sincero,
Pero en su historia, un oscuro capítulo se hizo verdadero.
Manchado por casos de corrupción, con Gerard Piqué,
La sombra de la duda sobre él se cernía, sin clemencia,
Pero un día en la final del Mundial, un gesto cambió su suerte,
Un beso a Jessi, que desató una presión social ardiente.
Jessi, seguidora de la religión de Irene Montero,
Condenó el beso y lo tachó de un acto sincero,
Rubiales se vio atrapado en una tormenta sin piedad,
La sociedad clamaba, su nombre en la tempestad.
Dimitió dos semanas después, excusas inventadas,
Historias malas tejidas, en su mente enredadas,
Hace treinta años, su gesto hubiera sido aplaudido,
Pero hoy, la sociedad ha cambiado, el poder ha crecido.
Rubiales, buscaba una noche, un fugaz encuentro,
Pero Jessi, su confianza traicionó, sin centro,
En un mundo donde las voces de todos deben ser escuchadas,
La presión social se alzó, con consecuencias tan amargas.
En este relato, vemos una historia de desilusión,
Donde los tiempos cambian, y la percepción,
Del poder y el amor, toma un giro inesperado,
En la sociedad actual, donde todo es cuestionado.
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