El Doctor Perceval McGilliam de la Real Universidad de Sociólogos y Arqueólogos de Oxford se encontraba en el 1889 realizando una expedición en el Congo Belga. El profesor buscaba pruebas de una continuidad evolutiva entre las tribus de los Mongo, los Kongo y los Luba, pertenecientes al subgrupo étnico de los Bantú, con los gorilas lomo plateado que habitaban en esas junglas. La verdad es que el estudio demostró como de una puta y un gorila nació el primer negro al que llamaron Maguila, pero eso es otra historia.
El Doctor Perceval no viajó solo al Congo Belga para realizar sus estudios. En esa época un viaje de tan larga distancia podría llevar meses, los problemas logísticos que se podían encontrar una vez en el lugar... estos acontecimientos hicieron que su familia viajase con él. Su mujer en este caso, la señora Janet McGilliam. Mientras todos se encontraban visitando una aldea Luba observaron como en los rituales de apareamiento de los mandingos, las mujeres y los hombres infusionaban una sustancia blanca en su leche. No le prestaron mucho atención a ese detalle, pero cuado estuvieron en la tribu Kongo observaron el mismo comportamiento.
Los gorilas no hacían eso, algo que le extrañó al Doctor Perceval.
Ubuntu Lmpiké era un joven de la aldea base donde estaba el campamento de Perceval, y un día cenando le preguntó sobre esa extraña sustancia que hacía enloquecer a las mujeres y varones de las tribus visitadas. El niño le explicó que era "sustancia blanca de la trompa sagrada". Esas palabras quedaron grabada en la cabeza de Perceval... Mandó a dormir al muchacho, ya que mañana saldrían con la partida de caza.
Doctor Perceval (medio derecha) con Ubuntu (niño del centro) con demás niños del poblado.
Y ahí vio de qué se trataba. Los negros salvajes cazaban elefantes, les arrancaban los colmillos y los pulverizaban. Seguían el mismo proceso que seguiría un europeo para hacer pan. Una vez tenían la "harina" de marfil, se pasaban hojas de platanero por el prepucio y depositaban el esmegma junto a la harina de marfil. Los fermentos naturales del esmegma harían de impulsador y levadura natural para el compuesto. Una vez se había depositado el esmegma, se iban corriendo de mayor rango a menor rango según fuese necesaria más, o menos humedad. El Doctor estaba atónito. QUE ESTABA PASANDO.
Los gorilas son herbívoros y los negros del Congo omnívoros, ahí vio la explicación a por qué los gorilas no usaban esa pasta. Nunca tuvieron la necesidad de cazar elefantes.
Todo se remonta a la fimosis, como sabréis las pollas con fimosis tienen apariencia de trompa de elefante. Al estar el prepucio cubierto de piel, se genera ese quesillo blanquecino alrededor de la base de la cabeza, quesillo que cuanto más fermentes más gusto picosón tendrá.
A las mujeres las vuelve loca ese aroma, ya no digamos masticarlo y saborearlo.
Entonces... qué tiene que ver el marfil con todo eso? el Marfil se genera debajo de las trompas de los elefantes, como el esmegma de nuestras trompas. También es blanquecino, se va generando con el paso del tiempo... solo que el de los elefantes al estar expuesto al aire se endurece.
La alta sociedad de hace 2 siglos eran un grupo de auténticos degenerados que fumaban opio, bebían ginebra y follaban en orgías con enanos, tullidos, retrasados y siameses. Entonces las mujeres, gozosas y putonas como son, buscaban algo más estimulante. El esmegma del hombre se quedaba corto, no en tanto en calidad sino en cantidad. Para que se empiece a formar tarda de días en no lavarse aquello, y si cochinas como eran no podían despegarse las pollas de sus maridos, concubinos y amantes de la boca en todo el día, por eso la formación de este exquisito bien era ínfima. De ahí que se mezclase con el esmegma de elefante, animal conocido por su vigorosidad y masculinidad para engordar aquel deleitoso placer pecaminoso.
El doctor Perceval mandó a sus soldados fusilar a los mandingos que habían preparado la sustancia. Se la llevó toda para el campamento y la compartió con su mujer. Nunca había echado un polvo así en la vida describió en su diario.
El doctor Perceval se hizo multimillonario con esta mezcla, debido a la lujuriosa alta sociedad londinense de la época. Por eso el Marfil es tan caro, a día de hoy se sigue usando hasta en las viagras, lubricantes...
El Doctor Perceval no viajó solo al Congo Belga para realizar sus estudios. En esa época un viaje de tan larga distancia podría llevar meses, los problemas logísticos que se podían encontrar una vez en el lugar... estos acontecimientos hicieron que su familia viajase con él. Su mujer en este caso, la señora Janet McGilliam. Mientras todos se encontraban visitando una aldea Luba observaron como en los rituales de apareamiento de los mandingos, las mujeres y los hombres infusionaban una sustancia blanca en su leche. No le prestaron mucho atención a ese detalle, pero cuado estuvieron en la tribu Kongo observaron el mismo comportamiento.
Los gorilas no hacían eso, algo que le extrañó al Doctor Perceval.
Ubuntu Lmpiké era un joven de la aldea base donde estaba el campamento de Perceval, y un día cenando le preguntó sobre esa extraña sustancia que hacía enloquecer a las mujeres y varones de las tribus visitadas. El niño le explicó que era "sustancia blanca de la trompa sagrada". Esas palabras quedaron grabada en la cabeza de Perceval... Mandó a dormir al muchacho, ya que mañana saldrían con la partida de caza.
Doctor Perceval (medio derecha) con Ubuntu (niño del centro) con demás niños del poblado.
Y ahí vio de qué se trataba. Los negros salvajes cazaban elefantes, les arrancaban los colmillos y los pulverizaban. Seguían el mismo proceso que seguiría un europeo para hacer pan. Una vez tenían la "harina" de marfil, se pasaban hojas de platanero por el prepucio y depositaban el esmegma junto a la harina de marfil. Los fermentos naturales del esmegma harían de impulsador y levadura natural para el compuesto. Una vez se había depositado el esmegma, se iban corriendo de mayor rango a menor rango según fuese necesaria más, o menos humedad. El Doctor estaba atónito. QUE ESTABA PASANDO.
Los gorilas son herbívoros y los negros del Congo omnívoros, ahí vio la explicación a por qué los gorilas no usaban esa pasta. Nunca tuvieron la necesidad de cazar elefantes.
Todo se remonta a la fimosis, como sabréis las pollas con fimosis tienen apariencia de trompa de elefante. Al estar el prepucio cubierto de piel, se genera ese quesillo blanquecino alrededor de la base de la cabeza, quesillo que cuanto más fermentes más gusto picosón tendrá.
A las mujeres las vuelve loca ese aroma, ya no digamos masticarlo y saborearlo.
Entonces... qué tiene que ver el marfil con todo eso? el Marfil se genera debajo de las trompas de los elefantes, como el esmegma de nuestras trompas. También es blanquecino, se va generando con el paso del tiempo... solo que el de los elefantes al estar expuesto al aire se endurece.
La alta sociedad de hace 2 siglos eran un grupo de auténticos degenerados que fumaban opio, bebían ginebra y follaban en orgías con enanos, tullidos, retrasados y siameses. Entonces las mujeres, gozosas y putonas como son, buscaban algo más estimulante. El esmegma del hombre se quedaba corto, no en tanto en calidad sino en cantidad. Para que se empiece a formar tarda de días en no lavarse aquello, y si cochinas como eran no podían despegarse las pollas de sus maridos, concubinos y amantes de la boca en todo el día, por eso la formación de este exquisito bien era ínfima. De ahí que se mezclase con el esmegma de elefante, animal conocido por su vigorosidad y masculinidad para engordar aquel deleitoso placer pecaminoso.
El doctor Perceval mandó a sus soldados fusilar a los mandingos que habían preparado la sustancia. Se la llevó toda para el campamento y la compartió con su mujer. Nunca había echado un polvo así en la vida describió en su diario.
El doctor Perceval se hizo multimillonario con esta mezcla, debido a la lujuriosa alta sociedad londinense de la época. Por eso el Marfil es tan caro, a día de hoy se sigue usando hasta en las viagras, lubricantes...
