ABC Un exempleado subcontratado de Apple dice que la empresa recopila datos masivos


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La privacidad es uno de los grandes desafíos de las empresas tecnológicas. Blindar los datos, una de las principales preocupaciones de los consumidores. En este escenario, un exempleado subcontratado de Apple ha reclamado a la Unión Europea que abra una investigación a la firma estadounidense por el tratamiento de los datos personales de los usuarios de sus productos. En una carta enviada a los reguladores europeos, Thomas le Bonniec asegura que el gigante de la tecnología vulneró los «derechos fundamentales» de sus clientes después de que el asistente de voz Siri, presente en la mayoría de sus productos, almacenara fragmentos de su intimidad e información privada sin su consentimiento. «Es preocupante que Apple, aunque no solo Apple, siga ignorando y violando los derechos fundamentales y continúe recopilando datos masivos», recalca en un memorando al que han tenido acceso medios internacionales. «Estoy extremadamente preocupado porque las grandes compañías tecnológicas están monitorizando a poblaciones al completo pese a que a los ciudadanos europeos se les dice que la UE cuenta con una de las leyes de protección de datos más estrictas del mundo [por el Reglamento General de Protección de Datos]», insiste Le Bonniec. Por esta razón, se muestra incluso más tajante: «La aplicación de la ley no es lo suficientemente acertada: debe aplicarse a los que infringen la privacidad». Le Bonniec reveló al medio británico «The Guardian» el año pasado que, cuando trabajaba para Apple, escuchó momentos privados de los usuarios que fueron recopilados por Siri, entre los que se incluían comentarios médicos, asuntos de drogas e, incluso, relaciones sexuales. La compañía se disculpó públicamente suspendiendo el programa de revisión el pasado año. Sin embargo, el extrabajador, de 25 años, ha pedido a los reguladores de privacidad en Europa que castiguen al gigante tecnológico. Tras las revelaciones de Le Bonniecs, Apple prometió hacer unos cambios drásticos en su programa de certificación de voz, que había involucrado a miles de transcriptores en los últimos años. Un programa que, además, se realizaba en España al igual que en otros mercados. Tras disculparse, la empresa prometió que la revisión de los datos se efectuaría bajo el consentimiento del usuario. «Nos hemos dado cuenta que no hemos estado cumpliendo con nuestros ideales», apuntó Tim Cook, consejero delegado de la compañía, en un comunicado en agosto del pasado año. Amazon también tenía un programa similar a través de Alexa, su asistente de voz presente en infinidad de productos tecnológicos como altavoces inteligentes o televisores, al igual que Google. Finalmente, lanzó una actualización de software a finales de octubre que permitía a los usuarios optar o no por transferir fragmentos de audio para mejorar la experiencia de Siri, así como la opción de eliminar las grabaciones que los servidores habían almacenado. La compañía también aseguró que, a diferencia de su competencia, las grabaciones nunca están vinculadas a una cuenta particular de Apple. Para Le Bonniec, que con su demanda pública ha roto un acuerdo de confidencialidad, la empresa nunca se enfrentó a las consecuencias a pesar de su decisión posterior. «Escuché cientos de grabaciones cada día, procedentes de varios dispositivos como iPhone, Apple Watch o iPad», añade en declaraciones medios británicos. «Este procesamiento se realizó sin que los usuarios lo supieran y se almacenaron en bases de datos para corregir la transcripción realizada por el dispositivo», asegura. «Las grabaciones no se limitaron a los usuarios de dispositivos Apple, sino que también se recogieron audios de familiares, niños, amigos y cualquier persona que pudiera estar en el rango de captación de los equipos. El sistema lo registró todo: nombres, direcciones, mensajes, búsquedas, comentarios, ruidos de fondo, películas», recalca.

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